vino nuevo, para San Andrés ya es viejo

11/26/2021·CURIOSIDADES

Ya os hicimos hace poco una recopilación de varias frases y refranes del mundo del vino. Esta vez, querríamos detenernos un poco a reflexionar sobre el mundo del vino y cómo ha ido de la mano de la sociedad catalana durante siglos.

Aunque actualmente las zonas de producción de vinos en Cataluña están bastante delimitadas, sobre todo donde hay una Denominación de Origen (como en el Empordà), antes de que llegara con fuerza la famosa plaga de la filoxera a finales del siglo XIX, los cultivos de viña —en muchos casos para el autoabastecimiento— se podían ver por todo el país. ¡Incluso en los Pirineos! Esta tradición vitivinícola ha formado parte de la cultura popular catalana durante tantos años que, en muchos casos, la fraseología o el conocimiento ligados al ciclo de la viña también tienen relación con muchos otros aspectos de la sociedad catalana tradicional: las temporadas y estaciones, el calendario de los santos, la salud, la vida... En definitiva, ha formado y forma parte de ese calor humano que ha unido a las personas con su tierra hasta lo más profundo.

Os brindamos algunos ejemplos:

El vino nuevo, para San Andrés ya es viejo: la vendimia del vino tiene lugar a inicios del otoño y el primer vino resultante siempre es el joven. Eso sí, a partir de San Andrés (30 de noviembre), el vino ya ha madurado lo suficiente como para dejar de considerarse “nuevo”.

San Juan lloviendo hace el vino malo: no es que tenga que llover exactamente el día de San Juan, pero si esas fechas de junio son lluviosas —cuando la viña florece— puede verse afectada. En este sentido, también es adecuada la frase: “mayo lluvioso y junio caliente, hacen buen vino y buen fermento”.

Con sopas, ajos y vino fuerte, no le temo a la muerte: a pesar de su contundencia, esta frase está muy relacionada con los alimentos tradicionales que se comían en las casas. Las sopas, los ajos y el vino, que han formado parte de la dieta catalana durante generaciones, siempre estaban en la mesa. Gracias a las propiedades beneficiosas de cada uno de ellos, esta sencilla combinación —entre muchos otros alimentos, claro está— garantizaba salud.

Leña, vino y amigo, cuanto más viejo más querido: en los tres casos, el tiempo es importante. El vino, al envejecer, gana en calidad; el amigo, cuanto más antiguo, más fiel; y la leña, cuanto más seca, mejor arde.

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