El esfuerzo, la pasión por la viña y el respeto por el territorio tienen su recompensa. En Celler Pere Guardiola lo sabemos bien. Desde hace más de 150 años, elaboramos vinos que son y contienen la esencia del Empordà; las últimas añadas no han pasado desapercibidas para los jurados más exigentes. En los últimos tres años, nuestros vinos han recibido diversos reconocimientos que refuerzan el trabajo realizado día a día en la viña, en la bodega y en nuestro espíritu.
2022 – Un vino insólito que deja huella
En 2022, el Nudus Carinyena cautivó al jurado de Arrels del Vi, que lo reconoció como mejor vino en la categoría de vinos insólitos. Un homenaje a la autenticidad, a las variedades que dan identidad a nuestro paisaje y a su particular fermentación espontánea.
2023 – El año del Anhel y de la tradición
El 2023 fue un año especialmente fructífero; una buena añada, como solemos decir. El Anhel d’Empordà 100% Cariñena 2018 obtuvo la prestigiosa Medalla de Oro en el Concours Mondial de Bruxelles, consolidándose como uno de los grandes vinos tintos de la DO Empordà.
Al mismo tiempo, el palmarés en el Giroví fue especialmente generoso:
- Medalla de Plata para el Anhel d’Empordà blanco 2022, 100% Garnacha Blanca.
- Medalla de Oro para el Anhel d’Empordà rosado 2022, 100% Garnacha Negra.
- Medalla de Oro para el Anhel d’Empordà tinto 2018, 100% Cariñena.
- Gran Medalla de Oro para uno de nuestros vinos más emblemáticos, el Torre de Capmany Garnatxa Velles Soleres, un vino dulce natural que evoca la memoria y las raíces.
Además, este mismo Torre de Capmany Garnatxa Velles Soleres fue distinguido con el sello Girona Excel·lent, una muestra más de su carácter excepcional y sorprendente.
2025 – ¡Seguimos sumando!
En este 2025, el Giroví ha vuelto a distinguir al Anhel d’Empordà tinto 2019, 100% Cariñena, con una nueva Medalla de Oro, demostrando que el equilibrio y la expresión son valores que perduran año tras año.
El camino hacia la excelencia no tiene fin
En Celler Pere Guardiola seguimos trabajando con la misma ilusión de siempre, mirando al futuro sin olvidar de dónde venimos. Cada medalla es un reconocimiento, pero también un impulso para seguir ofreciéndoos vinos que hablan de la tierra, de las personas y de la pasión por la viticultura.
Gracias a todos los que formáis parte de este viaje. El mejor brindis, siempre, es compartido. ¡Y que sean muchos años más!