Hoy os explicamos cuáles son los pasos para la elaboración del vino. ¡Es más complejo de lo que parece! Cada parte del proceso es importante y debe hacerse con esmero y cuidado. ¡Nosotros, además, le añadimos pasión!
Paso 1: Vendimiar.
Aunque se trate de recoger el fruto, nuestra querida uva, la vendimia debe hacerse en el momento idóneo, cuando la uva está en su punto óptimo de maduración –¡ni demasiado ácida, ni con exceso de azúcares!
Paso 2: Despalillar.
Los granos de la uva están unidos por unas pequeñas ramitas llamadas “raspón”. Una vez hecha la vendimia, se debe separar el fruto del raspón, para evitar que este afecte al sabor final del vino (como de hecho ocurría antes, cuando esta parte del proceso no se hacía).
Paso 3: Estrujar o machacar.
¡El paso mítico por excelencia! Todo el mundo sabe que, para hacer vino, antes se pisaban las uvas con los pies. Ahora, sin embargo, ya no se hace así, sino con unos rodillos de caucho. Al pasar las uvas entre ellos, se crea la pasta de vendimia, donde se mezclan el jugo de la uva, las semillas y las pieles.
Paso 4: Prensar.
A continuación, la pasta de vendimia se pasa por una prensa que extrae todo el jugo. ¡Cuanto más suave sea la presión de la prensa, de mayor calidad será el mosto que se obtenga!
Paso 5: Fermentar.
Es el proceso mediante el cual los microorganismos presentes en la piel de la uva, llamados levaduras, convierten el azúcar del jugo en alcohol (¡y dióxido de carbono y calor!). Dependiendo de la temperatura de fermentación, el vino tendrá un sabor u otro.
Paso 6: Clarificar.
Consiste en eliminar las impurezas que hay en el resultado de la fermentación, mediante precipitación y unos filtros.
Paso 7: Envejecer.
Por último, se envejece el vino. Puede hacerse en barricas o en botellas con tapón de corcho. Tanto la madera como el corcho son materiales indispensables, ya que el vino envejece por oxidación, y por eso necesita estar en contacto con el oxígeno, que se filtra a través de estos materiales.